miércoles, octubre 26, 2005

CONJURO SIUX

Cuenta una vieja leyenda de los indios Sioux, que una vez llegaron hasta la tienda del viejo brujo de la tribu, tomados de la mano, Toro Bravo, el más valiente y honorable de los jóvenes guerreros, y Nube Azul, la hija del cacique y una de las más hermosas mujeres de la tribu....


- Nos amamos...- empezó el joven


- Y nos vamos a casar....- dijo ella.


- Y nos queremos tanto que tenemos miedo...queremos un hechizo, un conjuro, o un talismán... algo que nos garantice que podremos estar siempre juntos...que nos asegure que estaremos uno al lado del otro hasta encontrar la muerte.


- Por favor...-repitieron – hay algo que podamos hacer?


El viejo los miró y se emocionó al verlos tan jóvenes... tan enamorados...y tan anhelantes esperando su palabra...


- Hay algo....-dijo el viejo- pero no sé...es una tarea muy difícil y sacrificada...


- Nube Azul... -dijo el brujo- ¿ves el monte al norte de nuestra aldea? Deberás escalarlo sola y sin más armas que una red y tus manos... deberás cazar el halcón más hermoso y vigoroso del monte... si lo atrapas, deberás traerlo aquí con vida el tercer día después de luna llena...¿Comprendiste?


- Y tú, Toro Bravo...-siguió el brujo- deberás escalar la montaña del trueno...cuando llegues a la cima, encontrarás la más brava de todas las águilas, y solamente con tus manos y una red, deberás atraparla sin heridas y traerla ante mí, viva...el mismo día en que vendrá Nube Azul... Salgan ahora!


Los jóvenes se abrazaron con ternura y luego partieron a cumplir la misión encomendada... ella hacia el norte y él hacia el sur...


El día establecido, frente a la tienda del brujo, los dos jóvenes esperaban con las bolsas que contenían las aves solicitadas.


El viejo les pidió que con mucho cuidado las sacaran de las bolsas...eran verdaderamente hermosos ejemplares...


- Y ahora qué haremos...-preguntó el joven- ¿los mataremos y beberemos el honor de su sangre?


- No – dijo el viejo.


- Los cocinaremos y comeremos el valor en su carne?- propuso la joven.


- No - repitió el viejo.- Harán lo que les digo: tomen las aves y átenlas entre sí por las patas con esta tiras de cuero... cuando las hayan anudado, suéltenlas y que vuelen libres...


El guerrero y la joven hicieron lo que se les pedía y soltaron los pájaros...el águila y el halcón intentaron levantar vuelo pero sólo consiguieron revolcarse por el piso. Unos minutos después, irritadas por la incapacidad, las aves arremetieron a picotazos entre sí hasta lastimarse....


Este es el conjuro. Jamás olviden lo que han visto... son ustedes como un águila y un halcón... si se atan el uno al otro, aunque lo hagan por amor, no sólo vivirán arrastrándose... sino que además, tarde o temprano, empezarán a lastimarse el uno al otro...


Si quieren que el amor entre ustedes perdure...

“Vuelen juntos...pero jamás atados”.

domingo, octubre 16, 2005

LOS 7 PRINCIPIOS BASICOS

De acuerdo con las investigaciones de André Vermeulen en su manual
"Advanced Whole Brain Integration", estos son los siete principios:

Estimúlese Físicamente Muévase.
Baile, haga ejercicio aeróbico, nade, juegue tenis, football. Haga
ejercicios de lateralidad, por ejemplo con la mano izquierda toque su oreja
derecha y con la mano derecha toque su nariz. Ahora al revés y repítalo
varias veces hasta dominarlo.

Tome Ocho Vasos de Agua
De acuerdo con los expertos, esto no es opcional, es obligatorio si
queremos que nuestro cerebro funcione de una manera óptima. Y si estamos
estresados, debemos aumentar a 16 vasos de agua al día. El 90 por ciento
del volumen de nuestro cerebro está compuesto por agua y es el principal
vehículo de las transmisiones electroquímicas.

Oxigénese
Haga ejercicio, salga al campo. Antes de una junta importante o de un
trabajo que necesite concentración respire hondo. Respire en 4 tiempos,
sostenga el aire en 16 y exhale en 8. El doctor Otto Warburg, Premio Nobel
de Fisiología, hizo un experimento en el cual logró convertir células sanas
en malignas, a través del sencillo procedimiento de reducirles el oxígeno.

Rodéese de plantas
¿Sabía que una sola planta puede remover partículas contaminantes del aire
en un espacio de 9 metros cuadrados? Las plantas aumentan la ionización
negativa del aire y lo cargan de oxígeno, aumentando nuestra productividad
en un 10 por ciento. Algunas plantas como las dársenas han probado ser de
las mejores para esto.

Consuma Alimentos para el Cerebro
Al cerebro le conviene que comamos cinco porciones de fruta y verduras al
día, semillas, nueces, ajo, granos completos, champiñones, aceites
prensados en frío y proteínas. El pescado literalmente genera la
construcción de nuevas neurocélulas.

Piense Positivamente
Los pensamientos negativos generan químicos que bloquean la conexión entre
los neurotransmisores. Como decía Henry Ford: "Si piensas que puedes o que
no puedes, siempre estarás en lo correcto".

Escuche Música Barroca
La música es la puerta hacia terrenos interiores; toca lugares fuera de
nuestro alcance. Ayuda a la creatividad, a la expresión personal. Facilita
el aprendizaje. Un granjero comprobó que al ponerle música barroca a sus
vacas, en ellas había un aumento en la producción de leche y en sus
glóbulos blancos.

Rete a su Cerebro
Si no lo usamos, lo perdemos. Juegue ajedrez, resuelva crucigramas, aprenda
a tocar un instrumento, haga matemáticas, viaje a lugares nuevos, vaya a
exposiciones de arte, lea, estudie algo. Escriba y dibuje con su mano no
dominante. Abra su mente a nuevas experiencias y formas de pensar.

Todo esto genera que el cerebro funcione mejor.
Podemos concluir que en este llamado "Milenio de la Mente", la única manera
de ser competitivos y mantener un balance en nuestras vidas es no trabajar
más, sino TRABAJAR MEJOR.

sábado, octubre 15, 2005

ALCANZAR

ALCANZAR

Si quieres tener el mar,
contémplalo,
y abre tus manos en sus aguas
y todo el mar estará en ellas...;
porque si cierras tus manos
para retenerlo,
se quedarán vacías.

Si quieres tener un amigo peregrino,
déjalo marchar y lo tendrás...;
porque si lo retienes para poseerlo,
lo estarás perdiendo,
y tendrás un prisionero.

Si quieres tener el viento,
extiende tus brazos y abre tus manos
y todo el viento será tuyo...;
porque si quieres retenerlo
te quedarás sin nada.

Si quieres tener a tu hijo,
déjalo crecer,
déjalo partir, y que se aleje,
y lo tendrás maduro a su regreso...;
porque si lo retienes poseído
lo pierdes para siempre.

Si quieres tener el sol
y gozar de su luz maravillosa
abre los ojos y contempla...;
porque si los cierras
para retener la luz que ya alcanzaste,
te quedarás a oscuras.

Si quieres vivir el gozo de tener
libérate de la manía de poseer y retener.
Goza de la mariposa que revolotea,
goza del río que corre huidizo,
goza de la flor que se abre cara al cielo...;
goza teniendo todo
sin poseerlo... sin retenerlo.

¡Sólo así gozarás de la vida,
sabiendo que la tienes sin poseerla,
dejándola correr sin retener

viernes, octubre 07, 2005

SOLITARIO EN EL CAMINO

PAULO COELHO dice :

La vida es como una gran carrera en bicicleta, cuya meta es cumplir la leyenda personal –aquello que, según los antiguos alquimistas, es nuestra verdadera misión en la Tierra.

En la línea de partida estamos juntos, compartiendo camaradería y entusiasmo. Pero, a medida que la carrera se desarrolla, la alegría inicial cede lugar a los verdaderos desafíos: el cansancio, la monotonía, las dudas sobre la propia capacidad. Nos damos cuenta de que algunos amigos ya desistieron en el fondo de sus corazones; aún siguen corriendo, pero es porque no pueden parar en medio de la pista. Este grupo se va haciendo cada vez más numeroso, con todos pedaleando al lado del coche que acompañan, donde conversan entre sí y cumplen con sus obligaciones, pero olvidan las bellezas y desafíos del camino.

Nosotros terminamos por distanciarnos de ellos y entonces estamos obligados a enfrentar la soledad, las sorpresas de las curvas desconocidas, los problemas que pueda crearnos la bicicleta. En un momento dado, después de algunas caídas sin que haya nadie cerca para ayudarnos, terminamos por preguntarnos si vale la pena tanto esfuerzo.

Sí, vale. Se trata sólo de no desistir. El padre Alan Jones dice que para que nuestra alma tenga condiciones de superar esos obstáculos necesitamos cuatro fuerzas invisibles: amor, muerte, poder y tiempo.

Es necesario amar, porque somos amados por Dios.

Es necesaria la conciencia de la muerte, para entender bien la vida.

Es necesario luchar para crecer, pero nunca dejarse ilusionar por el poder que llega junto con el crecimiento, porque sabemos que él no vale nada.

Es necesario aceptar que nuestra alma, aunque sea eterna, está en este momento presa en la tela del tiempo, con sus oportunidades y limitaciones. Así, en nuestra solitaria carrera en bicicleta, tenemos que actuar como si el tiempo no existiera, hacer lo posible para valorizar cada segundo, descansar cuando sea necesario, pero continuar siempre en dirección a la luz divina, sin dejarnos afectar por los momentos de angustia.

Estas cuatro fuerzas no pueden ser tratadas como problemas a ser resueltos, ya que están fuera de cualquier control. Tenemos que aceptarlas y dejar que nos enseñen lo que necesitamos aprender.

Vivimos en un universo que es al mismo tiempo lo suficientemente gigantesco como para rodearnos y lo bastante pequeño como para caber en nuestro corazón. En el alma del hombre está el alma del mundo, el silencio de la sabiduría. Mientras pedaleamos en dirección a nuestra meta, es siempre importante preguntar: “¿Qué hay de bueno en el día de hoy?” El sol puede estar brillando, pero si la lluvia estuviera cayendo, es importante recordar que eso también significa que las nubes negras se habrán disuelto en breve. Las nubes se disuelven, pero el sol permanece inmutable y no pasa nunca. En los momentos de soledad es importante recordar eso.

Finalmente, cuando las cosas llegan a ponerse muy duras, no podemos olvidar que todo el mundo ya pasó por eso, independientemente de raza, color, situación social, creencias o cultura. Una hermosa plegaria del maestro sufí Dhu’I-Nun (egipcio, fallecido el año 861 a. C.) resume bien la actitud positiva necesaria en estos momentos:

“Oh, Dios, cuando escucho las voces de los animales, el ruido de los árboles, el murmullo de las aguas, el gorjeo de los pájaros, el zumbido del viento o el estruendo del trueno, percibo en todos ellos el testimonio de tu unidad; siento que tú eres el supremo poder, la omnisciencia, la suprema sabiduría, la suprema justicia.

“Oh, Dios, te reconozco en las pruebas que estoy pasando. Permite, Oh, Dios, que tu satisfacción sea mi satisfacción. Que yo sea tu alegría, aquella alegría que un padre siente por un hijo. Y que yo me acuerde de ti con tranquilidad y determinación, incluso cuando resulte difícil decir te amo”

Paulo Coelho