miércoles, junio 28, 2006

El cielo es el límite

Los verdaderos emprendedores son los que dan siempre la cara al viento

Robert Kiyosaki*

Una lección que aprendí en mis inicios en la escuela de vuelo de la Naval fue que debía despegar y aterrizar siempre de frente al viento. A menudo, no se aprende una lección hasta que se pone en práctica. Cuando niño, mi madre me dijo: "No toques la estufa". Estas palabras carecieron de significado alguno hasta que lo hice y me quemé. Lo mismo ocurre con despegar y aterrizar de cara al viento.

Un día en el que había mucho viento en la ciudad de Pensacola, Florida, el instructor de vuelo me ordenó llevar mi avión hasta la pista. En vez de despegar de cara al viento, me hizo despegar con el viento atrás. Empujé la palanca de control hacia adelante y comencé a transitar por la pista. Pronto, me di cuenta que el avión no se levantaba del suelo y, lo peor, que no iba a librar los árboles que se encontraban al final de la corta pista. Me invadió el terror y me quedé petrificado.

--"Ya lo tengo," dijo mi instructor con calma, mientras libraba la copa de los árboles.

Se hizo un silencio prolongado conforme el avión daba tumbos en el cielo. --"Bien", comentó, "ahora aterriza corriente abajo". Una vez más, la experiencia de tener el viento atrás fue terrible.

Después de esa experiencia, siempre tomé en cuenta la dirección del viento para realizar mis maniobras.

Cito esta lección porque me he dado cuenta que muchos emprendedores nunca consiguen hacer despegar sus negocios, o no llevan sus negocios con éxito al siguiente nivel, y el motivo es precisamente que no siguen la dirección del viento. Lo mismo ocurre cuando aterrizan o abren el negocio, a menudo se ven obligados a vender sus negocios por menos de su valor.

Una de las diferencias entre los propietarios de pequeños negocios y los emprendedores, es que los segundos mantienen su nariz dentro del viento. No toman el camino fácil. Éstos enfrentan los retos más difíciles que, comúnmente, los propietarios de empresas pequeñas suelen evitar. Los emprendedores exigen que sus compañías entreguen mejores productos y servicios; hacen lo que sus competidores no harían; elevan sus estándares de desempeño, y siempre observan los cambios en la dirección del viento, en vez de esperar a que las circunstancias permanezcan iguales.

A diferencia de ellos, muchos dueños de pequeños negocios prefieren dejar las cosas como están. La mayoría está satisfecho con su posición y esperan que un viento de cola llegue y los impulse, es decir, buscan los caminos con menos resistencia.

Un verdadero emprendedor se concentra en despegar, remontarse a grandes alturas y aterrizar. Busca más oportunidades, valores más altos y mayores rendimientos para sus inversionistas y para sí mismo. Por ello, los verdaderos emprendedores son los que dan siempre la cara al viento, mientras que los dueños de pequeños negocios prefieren tener el viento a sus espaldas.

*Autor de la serie de libros Rich Dad (Papá Rico), es inversionista, emprendedor y educador, cuyas perspectivas han cambiado la manera de pensar de muchas personas acerca del dinero y las inversiones

martes, junio 20, 2006

Siete Pasos para Convertir tus Sueños en Realidad - (Parte I)

Primer paso
¿Hacia dónde vas?

Quizá uno de los hábitos más importantes para lograr el éxito, pero que se practica con menos frecuencia, es escribir los objetivos. Una persona debería tener sus metas personales, profesionales, sociales y financieras muy bien definidas. Los objetivos pueden clasificarse en función del tiempo que necesitamos para alcanzarlos. Así, podemos tener proyectos de corto, mediano y/o largo plazo.

El primer paso para alcanzar tus objetivos con éxito es definir hacia dónde vas. Este es el momento de determinar lo que deseas, lo que es realmente importante para ti. ¿Cuáles son tus sueños? ¿Qué es aquello que verdaderamente anhelas conseguir?

Por absurdo que parezca, para muchas personas no existe más que un círculo vicioso en su vida, en una rutina que ofrece pocas variantes y que termina por apagar el fuego, la pasión y el entusiasmo con el que iniciaron sus vidas.

A la pregunta: ¿Por qué usted va a trabajar hoy? La gente contestó, en una encuesta realizada hace algunos años:

· Porque necesito comer y pagar la renta.
· Porque ¿qué me quedo haciendo en casa?

En un mundo que ofrece miles de oportunidades, más del 95% de las personas se levantarán mañana para ir a trabajar, para tener con qué comer y poder así seguir viviendo, para luego levantarse al día siguiente, ir de nuevo a su trabajo y continuar con ese círculo vicioso.

El éxito personal comienza tomando un lápiz, un papel y tu decisión de escribir y elaborar un plan de acción, que no es más que el mapa que te conducirá por tu camino hacia la cumbre del éxito. Invierte algunas horas en ello; el tiempo que emplees en realizar este ejercicio será la mejor inversión que hayas hecho en tu vida.

La primera lección en tu camino hacia el éxito, es descubrir hacia dónde vas. Esta es, sin lugar a dudas, la pregunta más importante que deberás hacerte. La respuesta debe ser clara y certera porque si no sabes hacia dónde vas ¿cómo desarrollarás un plan que te permita llegar allí?

Visualiza por un momento: ¿Dónde desearías encontrarte dentro de cinco o diez años y qué desearías estar haciendo? ¿Qué clase de trabajo estarás desempeñando? ¿En dónde vivirás? ¿Cómo será tu casa? ¿Qué clase de automóvil tendrás? ¿Qué clase de actividad recreativa desearás estar practicando? ¿Qué nueva habilidad anhelas adquirir? ¿En qué clase de actividades comunitarias quisieras participar? ¿A dónde añoras viajar? ¿Qué actividades desearías disfrutar en compañía de tu familia? A todo esto muchas personas las llaman metas, objetivos, aspiraciones, ilusiones, deseos; pero en el fondo son sinónimos de aquello que verdaderamente deseas alcanzar, y por las cuales estás dispuesto a trabajar.

Entonces:

Elabora una lista de todo aquello que deseas lograr a corto y largo plazo.
Incluye tus sueños materiales, profesionales y espirituales.
Escribe cuáles te gustarían que fueran tus logros en veinte o treinta años.
Piensa que sólo tienes diez años de vida. Escribe aquello que quisieras alcanzar en ese tiempo que es tuyo y cómo lo invertirías.
O simplemente escribe: "He aquí una lista de todo lo que quisiera lograr con mi vida si tuviera el dinero, el tiempo, el talento y el apoyo de mi familia de manera ilimitada".
Tus sueños son la fuerza que motiva todas tus acciones; son la razón por la cual te levantas en la mañana y te vas a trabajar; son el combustible que mantiene ágil tu andar, te dan la energía y la disciplina para desarrollar los nuevos hábitos que necesitas adquirir para triunfar. Infortunadamente sólo un pequeño número de personas se toman el tiempo para dar este paso y, como resultado, la mayoría de las personas admiten no tener una dirección clara en su vidas; de ahí el circulo sin fin en el que viven.

Revisa tus objetivos a nivel personal, profesional, familiar y no permitas que nada ni nadie entorpezca el plan de acción que te has forjado en la vida. Comunícale a los tuyos la necesidad de caminar con ellos a tu lado para que te acompañen y te apoyen por el camino de la sabiduría, que únicamente llega a quienes saben qué es lo que desean en sus vidas; a aquellos que están dispuestos a pagar el precio por conseguir lo que quieren; a quienes tienen fe, coraje y persistencia y que, armados de estas virtudes, han salido en busca de sus sueños, y han adquirido la experiencia para usar este conocimiento y multiplicar el uso de su tiempo y de sus habilidades.

Un Abrazo!!

Victor Yépez